Mario Moreno (Cantinflas): Ícono del cine mexicano y comediante mundialmente reconocido
CINE MEXICANO
Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes «Cantinflas», ícono del cine mejor conocido como Cantinflas, fue uno de los artistas más célebres y queridos de México y uno de los más grandes exponentes de la comedia en el cine mexicano. Nació el 12 de agosto de 1911 en Ciudad de México y falleció el 20 de abril de 1993. A lo largo de su carrera, Cantinflas se convirtió en un símbolo del cine mexicano y un referente cultural en el ámbito internacional. Su personaje, el «pelado» (un hombre humilde, pero astuto y carismático), trascendió las fronteras de México y dejó una huella imborrable en el mundo del entretenimiento.
La carrera de Cantinflas comenzó en el mundo del teatro de variedades y en los primeros años de su vida profesional, trabajó como actor cómico en carpas y circos. Su dominio de la comedia y el gesto corporal pronto lo llevó al cine, donde comenzó a trabajar en pequeños papeles hasta que logró su primer gran éxito en 1939 con la película «Ahí está el detalle». A partir de esa película, Cantinflas se consolidó como una de las figuras más populares de la época de oro del cine mexicano.
El personaje de Cantinflas era un hombre común, sin muchas posesiones materiales, pero lleno de astucia, ingenio y sentido común. Su lenguaje único, en el que utilizaba juegos de palabras y un habla rápida e ininteligible, le permitió destacar en un mundo en el que muchos de sus personajes se veían como representantes del pueblo humilde. Con esta imagen, Cantinflas se convirtió en una especie de portavoz de los sectores más desfavorecidos de la sociedad mexicana, pero también un crítico de las inequidades sociales.
A lo largo de su carrera, Cantinflas participó en más de 55 películas y se destacó por su versatilidad actoral. Algunas de sus películas más representativas incluyen «Los tres mosqueteros» (1942), «El bolero de Raquel» (1957), y «La vendedora de rosas» (1960). Cantinflas se caracterizó por poder mezclar comedia con comentarios sociales y políticos en sus películas, haciendo de la risa una herramienta para cuestionar la autoridad, la injusticia social y las estructuras de poder.
Una de las obras más destacadas en la carrera internacional de Cantinflas fue su participación en «La vuelta al mundo en 80 días» (1956), dirigida por Michael Anderson. En esta película, Cantinflas interpretó a Passepartout, el fiel sirviente del protagonista Phileas Fogg, lo que lo llevó a ganar popularidad en Hollywood. A pesar de ser un actor cómico, Cantinflas mostró una gran habilidad para la comedia de situación y las interpretaciones dramáticas, lo que le permitió obtener el reconocimiento fuera de su país natal. Su participación en esta película le permitió abrir las puertas del mercado estadounidense, donde, aunque su personaje era estereotipado, su carisma y talento fueron ampliamente reconocidos.
Además de su éxito en el cine, Cantinflas también incursionó en la televisión y en el teatro, y su impacto en la cultura mexicana fue tal que su figura se convirtió en parte integral de la identidad nacional. Su capacidad para hacer reír mientras ofrecía críticas agudas sobre la vida política y social lo convirtió en un ícono popular. De hecho, su nombre es sinónimo de «hablar sin decir nada», debido a su estilo característico de hablar de manera confusa pero elocuente, lo que se conoce como «cantinflear».
A lo largo de su vida, Cantinflas recibió numerosos premios, incluyendo el Globo de Oro por su actuación en «La vuelta al mundo en 80 días» y premios por su contribución a la cultura mexicana y al cine internacional. Además de su carrera artística, Cantinflas era conocido por su compromiso social y su apoyo a diversas causas benéficas, especialmente aquellas relacionadas con la educación y el bienestar social. Su humildad y generosidad lo convirtieron en una figura respetada no solo en el ámbito artístico, sino también en la vida pública de México.
A pesar de que su carrera comenzó a declinar en la década de 1970, Cantinflas sigue siendo un símbolo de la comedia mexicana y un ejemplo de la capacidad del cine mexicano para trascender fronteras. Su legado continúa vivo, no solo a través de sus películas, sino también en el lenguaje popular y en la manera en que la sociedad mexicana sigue reconociendo la importancia de la risa como un medio para enfrentar las adversidades.


