Teodoro González de León (1922-2016) fue uno de los arquitectos más influyentes de México y una de las figuras clave en el desarrollo de la arquitectura moderna en el país. Nació en Ciudad de México el 29 de julio de 1922 y a lo largo de su carrera se destacó por su enfoque innovador y su capacidad para combinar los principios de la arquitectura moderna con elementos profundamente arraigados en la cultura mexicana. Su obra trascendió las fronteras de México, posicionándolo como un referente internacional de la arquitectura contemporánea.

Teodoro González se formó en la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Autónoma de México (UNAM), donde comenzó a desarrollar sus ideas sobre el diseño y la función del espacio. A lo largo de su vida profesional, estuvo profundamente influenciado por el movimiento moderno y, particularmente, por los trabajos de arquitectos como Le Corbusier y Ludwig Mies van der Rohe, quienes marcaron su enfoque sobre el uso de materiales industriales, la geometría y la funcionalidad en la arquitectura.

El estilo arquitectónico de Teodoro González de León se caracterizó por el uso del concreto como material principal, lo que le permitió crear estructuras robustas, de formas contundentes y a menudo monumentales. Sus edificios destacan por su volumen, textura y su capacidad para interactuar con el entorno urbano y natural. La simetría y la verticalidad son elementos recurrentes en su obra, que a menudo busca expresar la fuerza y la permanencia de las estructuras.

Uno de sus proyectos más emblemáticos y reconocidos fue el Museo Tamayo (1981), ubicado en la Ciudad de México. Este museo, diseñado en colaboración con el arquitecto Juan O’ Gorman, se distingue por su construcción austera y elegante, con una clara inspiración en las formas geométricas modernas. La estructura del museo es un claro ejemplo de cómo González de León utilizó el concreto y el vidrio para crear un espacio que invita a la reflexión y la apreciación artística.

Otro de sus grandes logros fue el diseño del Auditorio Nacional de México, uno de los espacios más importantes para eventos culturales en el país. Inaugurado en 1976, este auditorio es conocido por su impresionante fachada, que combina formas geométricas con una gran escala, lo que lo convierte en uno de los edificios más icónicos de la Ciudad de México. Este proyecto refleja la capacidad de González de León para integrar la modernidad con la monumentalidad, creando espacios que responden tanto a las necesidades funcionales como a las estéticas.

Teodoro González de León también fue el encargado de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y de diversos edificios institucionales en México, muchos de los cuales formaron parte del proceso de modernización urbana de la Ciudad de México en las décadas de 1960 y 1970. Su obra en el ámbito institucional refleja su compromiso con la arquitectura como herramienta de transformación social y cultural.

A lo largo de su carrera, Teodoro González recibió numerosos premios y distinciones, tanto nacionales como internacionales. Entre sus logros más destacados se encuentra el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Arquitectura (2004), así como la Medalla de Oro de la Academia de Arquitectura de México. Además, su obra fue expuesta en importantes museos de todo el mundo, consolidándolo como un referente global en la arquitectura contemporánea.

A pesar de la monumentalidad de sus obras, González de León también se preocupó por la funcionalidad de sus diseños, buscando siempre un equilibrio entre la estética y la practicidad. Su arquitectura se caracterizó por su humanismo, pues sus proyectos no solo fueron pensados para el impacto visual, sino también para ser utilizados de manera efectiva por las personas. La creación de espacios que generaran interacción y que estuvieran en armonía con su contexto fue uno de sus principales objetivos a lo largo de su carrera.

Teodoro González de León también fue un mentor y un maestro para muchas generaciones de arquitectos. Su legado no solo está en los edificios que dejó atrás, sino también en la influencia que tuvo sobre el desarrollo de la arquitectura mexicana contemporánea. A través de sus enseñanzas y su obra, inspiró a muchos jóvenes arquitectos a seguir sus pasos, a explorar nuevas formas de concebir el espacio y a seguir desarrollando la arquitectura en México con una identidad propia.

Teodoro González de León falleció el 16 de enero de 2016, pero su legado perdura en los edificios y espacios que diseñó, los cuales continúan siendo testimonio de su visión y de su capacidad para integrar la tradición y la modernidad de una manera única. Su obra sigue siendo un referente en la arquitectura mexicana y en la arquitectura moderna a nivel internacional.